lunes, 26 de octubre de 2009

¡Conoce Huancayo primero!

Por: Karina Reynafarge

Era las 6:30 AM del sábado 19 de setiembre, cuando la camioneta encendió el motor rumbo a la ciudad de Huancayo, pasadas dos horas de camino, y muchos comentarios a razón del buen estado en el que esta la carretera, para llegar a la zona central de nuestro país, llegamos al temido Ticlio, ese lugar que todo aquel que conoció antes señala como el mas frío del mundo, en donde se supone se te congelan las orejas y los dedos sino los cubres con accesorios de lana. Los cuatro viajeros pudimos bajarnos sin problema alguno y disfrutamos de nuestra primera experiencia con nieve, luego de inmortalizar el momento con la mejor de nuestras sonrisas Kodak.

Retomamos nuestro viaje, el paisaje es realmente encantador lleno de pequeñas lagunas, que no mucha gente conoce, lo lamentable es ver los relaves mineros cada vez más cerca de las pequeñas viviendas, los restos de una mina abandonada nos hace lamentar la triste situación que algunos pobladores deben padecer a causa de que nuestras leyes mineras no están bien establecidas.

Cuando llegamos a la Oroya, no ver la contaminación es imposible, este pequeño pueblo se ve triste a raíz de los estragos que le ha dejado la explotación minera, se ve basura en las calles y no nos provoca ni bajar del vehiculo para ver nada es mejor pasar rápido advierte el chofer, pues los niños vienen a pedirnos plata.

Pasa otra media hora de camino y por fin volvimos a ver lindas lagunitas, sin embargo los cerros del camino siguen mostrando estragos del paso de la minería.
Llego el medio día y con el nosotros a la plaza de armas de Huancayo, donde un sol serrano nos recibe con gran entusiasmo.

Al preguntar en las distintas empresas de turismo nos informan que no podemos dejar de ir al convento de Santa Rosa de Ocopa, llegamos al precioso recinto en donde no pudimos pagar la entrada como estudiantes, a pesar de mostrar el carnet universitario, la encargada señalo que solo puede hacernos una rebaja pues la entrada para estudiantes es solo para aquellos que atraviesan la etapa escolar. Después de pagar la entrada de adultos empezamos un curioso recorrido donde pudimos apreciar pinturas de la época de la colonia y los recintos donde hasta el momento habitan las religiosas de esta orden.

Al regresar a la ciudad nos indican que el mejor lugar para comer es detrás de la catedral, lo curioso de esta indicación es que el nombre del restaurante y la ubicación del mismo es igual, es decir el restaurante más conocido es “Detrás de la catedral” queda precisamente ahí, después de comer trucha a la parrilla y descubrir que significaba comer cuy, decidimos pasear por la ciudad en donde todos los pobladores nos anunciaban que al día siguiente tendríamos la suerte de estar en la feria del domingo.

Mientras tanto era propicio visitar el parque de la identidad un curioso lugar lleno de construcciones de piedra, mini castillos hechos de piedra, se pueden recorrer sin costo alguno.

Al llegar la noche la ciudad se entristece un poco y la luces de algunos Pub no son muy atractivos para limeñitos como nosotros que preferimos guardar fuerzas para recorrer la laguna de paca y hacer compras en la feria del domingo.

Despertamos entusiasmados rumbo a nuestro primer Tour del día el destino la laguna de Paca, los guías improvisados después de recitar de memoria las dimensiones de la Laguna nos cuentan que la leyenda indica que en el fondo de ella, se encuentran los tesoros que los incas prefirieron dejar hacer en la laguna a que se los llevaran los españoles, cosa que provoca que mas de un turista quiera lanzarse a buscar.

Al regresar a la ciudad nos dimos con la sorpresa de que la feria del domingo, ya estaba instalada y no es mas que una versión mas autóctona de un mercado de Lima, decidimos ir al pueblo de Ingenio en donde pudimos comer las mejores truchas que jamás habíamos probado en nuestras vidas y aprovechamos para visitar el zoológico donde tampoco pudimos pagar el costo de estudiantes, cosa que en ese momento ya no nos sorprendió, lo sorprendente fue que el guía que se presentara ante nosotros era un niño de nueve años y nos dijera que se encargaba de guiarnos por el módico precio de 5 soles, oferta que no pudimos rechazar, fue el Tour mas gracioso que hemos presenciado pues era admirable la memoria del pequeño cuando describía, cada tipo de trucha y las nombraba hasta por su nombre científico, luego de almorzar con nuestro encantador guía, tomamos la decisión de regresar a Lima.

Nuestro guía nos dijo que si queríamos ir de compras para llevar lindos recuerdos debíamos pasar San Jerónimo de Tunan, pueblo de orfebres en donde uno tiene la posibilidad de comprar joyas a muy bajo costo y hechas con la plata de la mejor calidad, cosa que hicimos sin pensarlo dos veces, recorrimos la mas de 15 joyerías en donde vimos diseños que nada tienen que envidiarles a las mas renombradas de Miraflores, en lo que plata se refiere.

La despedida Huancayo nos la dio un pequeño pueblo de tejedoras en donde conocimos a unos señoras que se están preparando para empezar a exportar sus artesanías fuera nuestro país, al ver esas miradas de esperanza y de ganas de sacar el nombre del Perú adelante no importo volver a chocarnos con la contaminación de la Oroya o ver una vez mas los relaves que deja la minera en cada pueblo de nuestro país en donde extraen mineral.

Lo importante es saber que tenemos bellezas por conocer a seis horas de Lima y que sin un gran presupuesto puedes comer las mejores truchas y tocar la nieve como soñábamos de pequeños.

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