lunes, 16 de noviembre de 2009

Baldor Letrado

Amílcar Vélez nació con un don preciado por muchos de sus compañeros de salón: la habilidad para las matemáticas. Habiendo representado en más de 4 oportunidades a nuestro país en certámenes internacionales, este joven puneño decidió lo impensado: ingresó a la Universidad Católica y se metió a Letras. Esta es la historia de por qué un Baldor hablante quiere aprender filosofía e historia.

Por Alonso Pahuacho P.

Cuando el dueño del colegio San Ignacio de Loyola de Puno, el ingeniero Wilber Ardiles Núñez se enteró de que Amílcar Vélez Salamanca –uno de sus mejores estudiantes-, había ingresado a la Universidad Católica, lo primero que hizo fue llamar a la madre del chico e interrogarla por el auricular:
- ¿Por qué ha ingresado a Letras?, ¿acaso va a estudiar derecho?
Nada hacía suponer que este joven prodigio de las matemáticas, tantas veces representante del Perú en competencias internacionales, optara por entregarse a la pasión de los libros que a resolver complicados problemas de ingeniería. Amílcar Vélez tampoco lo creía, pero como todos, tiene sus razones.

Amílcar nació en Puno hace 17 años. Es cachimbo, aunque no se le nota demasiado por la cabellera que aún conserva larga. Ingresó a estudiar economía cuando su familia y amigos imaginaban que optaría por alguna carrera de ingeniería. Algunos pensarán que la economía igual es afín a los números, pero el chico sabe que tendrá que pasar horas y horas leyendo a Kant, Cotler o a Saussure. Sin embargo, el responde con dos argumentos bastante consistentes: “Estoy en letras porque quiero conocer muchas cosas, sobre todo en cursos de humanidades. No quiero estar perdido en una conversación”.

La segunda tesis es acaso la más evidente. Según el joven puneño, la economía es la carrera más parecida que se puede aplicar en el mundo real con la matemática. Aparte de que no le gusta la química –curso obligatorio para todas las carreras de ciencias- cree que puede aprender muchas cosas más estando en estudios generales letras: “Si ya sé matemática, ¿por qué no puedo aprender más cosas?”.

LA PREPARACIÓN

Amílcar ha estudiado siempre en Puno, recién se traslado definitivamente a Lima junto a toda su familia cuando ingresó a la universidad. Fue gracias a un amigo del colegio, Daniel Soncco Huarsaya, que se motivó para ingresar a los concursos que se organizaban en nuestro país. Soncco perteneció al equipo olímpico de matemáticas del Perú y viajó a muchos lugares, ese hecho fue clave en la mente del joven Amílcar ya que lo impulsó el hecho de que sabiendo matemáticas uno podía viajar. Y así siguió estudiando.

Fue en el CONAMAT (Concurso Nacional de Matemáticas) del 2006 donde se empezó a hacer conocido. Si bien no campeonó, quedó entre los 10 finalistas y eso le valió la posibilidad de ser convocado por la academia Cesar Vallejo, que periódicamente reclutaba a algunos jóvenes con habilidades en las matemáticas y los entrenaba para que ingresen al equipo olímpico peruano.

Fue una época dura, los entrenamientos eran en Lima. Amílcar tenía que viajar desde Puno para prepararse con el círculo de estudio y eso le ocasionaba problemas en su colegio. “A veces venía temporadas de 2 meses, casi siempre antes de julio. Luego me regresaba a Puno a dar mis exámenes, a veces me duplicaban la nota y a veces no me consideraban. Pero ese era el sacrificio de las matemáticas”.

VIAJES Y CONCURSOS

Perú participa en 4 competencias internacionales de matemática durante todo el año: la Olimpiada del Cono Sur a inicios de año, en la que participan todos los países de Sudamérica (con excepción de Colombia); la Olimpiada Mundial de matemática donde generalmente el número de países es 98; la Olimpiada Iberoamericana donde compiten 24 países de Centro y Sur América más España y Portugal; y la Olimpiada rioplatense que se realiza a finales de año. En todas ellas estuvo presente Amílcar, cumpliendo destacadas participaciones que le han valido más de una medalla.

Amílcar ya se ‘jubiló’, las competencias tienen límites de edad. En la del Cono Sur solo se puede tener 16 años como máximo, en el mundial 19 y no estar en la universidad, en la iberoamericana participar máximo 2 veces y tener 18 años al igual que en la rioplatense. A punto de cumplir 18 y estando en la universidad, todas las puertas se le han cerrado a este talento matemático.

- ¿Por qué no puedes competir estando en la universidad?
- Porque existen otras Olimpiadas Universitarias. El Perú dejó de participar hace varios años debido a que enviaba a una delegación bastante pobre en comparación de los otros países.
- ¿Cuántos iban a concursar?
- Una delegación que se respete envía como mínimo 10 concursantes, mientras que nosotros con las justas mandábamos ‘4 gatos’.

Un problema recurrente para Amílcar y los demás chicos del equipo peruano de matemática fue la falta de apoyo por parte del Estado. Cada vez que se acercaba una competencia, tenían que ingeniárselas como podían para sacar el dinero suficiente para los pasajes. Como la mayoría, Amílcar Vélez solicitaba ayuda a su colegio de Puno, donde se realizaban colectas entre alumnos y profesores ‘pro fondos Amílcar Vélez’. “Aunque la última vez recibimos una agradable donación de LAN de 3 pasajes hasta México, para la Iberoamericana en setiembre”, añade.

En total, ha participado en 5 torneos internacionales y en todos le ha ido bien. Su travesía empezó el 2007 con el mundial de Vietnam, al siguiente año en el mundial de España sacó medalla de bronce, luego la Iberoamericana 2008 en Brasil donde consiguió una medalla de plata, después a Argentina para una rioplatense y la ultima en Querétaro, donde también obtuvo medalla de plata.

VIDA UNIVERSITARIA

Amílcar camina leyendo un libro y de suerte no choca con nadie. Prefiere evitar cualquier contacto. Afirma que solo algunos en su facultad –entre profesores y alumnos- conocen su otra faceta de campeón matemático.
- ¿No te gusta que te reconozcan?
- No, pierdes tiempo. Creo que es mejor así, ser perfil bajo. No me gusta llamar mucho la atención.

Pese a ello, no pudo evitar la ovación general de todo su salón de clases el día que regresó a la universidad, luego de concursar en México. Ocurrió en la clase de Historia de una profesora de caballera rubia y amante de los trabajos en grupo: “Parece ser que la profesora había visto una entrevista en que salí en la televisión y me preguntó cómo habíamos quedado. Le dije que primer lugar y luego de eso, en antes de comenzar, pidió que todos me aplaudieran por ‘dejar en alto el nombre del país’. Yo nada más moví la cabeza y dije gracias. ¡No sabía dónde esconderme!”.

Ya no tiene que ir y volver Puno cada vez que hayan vacaciones, porque su familia está con él. Vive en la Villa Militar, donde en épocas pasadas quedaba el ágora de narcotraficantes, políticos, empresarios y hasta presentadoras de televisión: donde quedaba el SIN.

Las 4 medallas obtenidas en los concursos no tienen altar ni pedestal en casa. Amílcar no sabe bien donde las guarda, un día están en la mochila, otro en su cajón. Lo suyo no es presumir ni dárselas de genio, simplemente ha optado por hacer de lo sencillo un estilo de vida. Allí donde las lunas de los lentes ocultan la mirada de un rostro serio, el joven sueña con volver a representar a su país: “Sería conveniente que Perú empiece nuevamente a participar de las Olimpiadas Universitarias ya que gracias a los últimos concursos se ha formado un buen grupo. Tendríamos bastantes posibilidades de obtener medallas”.
- ¿Y lo ves factible?
- No, acá siempre hay problemas de pasajes y muchas otras cosas que no se dicen. Solo nos reconocen cuando ganamos, ¿qué pasaría si no trajéramos medallas? Ni siquiera ganando nos dan el apoyo, esto es como un circulo vicioso
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario