lunes, 28 de septiembre de 2009

Parque Castilla: Entre el guía del cemento y el verde del césped


Por: Brian Orihuela


El parque Mariscal Ramón Castilla es uno de los llamados pulmones de la ciudad, con sus casi 12 hectáreas  de áreas verdes es uno de las pocas áreas verdes que quedan en Lima, específicamente en Lince. Y es que Lima es ahora una de las capitales más contaminadas de Latinoamérica, aún por encima de México D.F. y Santiago.

Recientemente se ha comenzado a difundir que el mencionado parque sea considerado como una reserva ambiental. Hecho que no debe sorprender en una Lima que crece más en concreto y que se asfixia en cemento sin tener árboles por los cuales respirar.

Entre el cemento y el verde del césped

Así que para conocer mejor este parque decidí pasear un poco por lo que podría llegar a ser una reserva ambiental. Ubicada cerca de la Avenida Arequipa (a unas 3 cuadras aproximadamente), uno es recibido por una entrada similar a la del Parque Kennedy.

El parque es dividido por la Av. César Vallejo y esta división no solo queda en lo geográfico sino también en el nivel de cuidado.

La parte que se podría decir que se mantiene más cuidada es como un parque normal, con caminos hechos con baldosas de colores sobrios bancas de cemento son respaldares donde reposa la gente ya sean ancianos, parejas, etc.

Las plantas y lo árboles son de gran diversidad así como los monumentos que se encuentran allí tales como uno a Gandhi otro a Vallejo y lo curioso es que no hay uno para el que da el nombre al parque.

Algunos vecinos se quejaron del alcalde saliente debido a que inició un plan para remodelar el parque, entendiendo remodelar por construir algunas atracciones para los asiduos vecinos que fueran allí.


El resultado es una suerte de lugar con juegos para niños, hay hasta videojuegos, cosa paradójica para un espacio donde la idea es que los niños puedan estirar las piernas, otras atracciones mecánicas que han caído en un desuso casi total (estuve allí alrededor de las 5 de la tarde y casi no habían niños).

La laguna artificial que se creó también con barcos a pedal para que la gente pueda pasear y del cual solo quedan botes que van a la deriva como si fueran botes fantasmas.

El parque cuenta con un vivero municipal, en el cual están a un lado troncos de árboles ya caídos. Esta sea, tal vez, su mayor aporte a la ecología que se ha hecho. Se ha construido un pequeño edificio de despistaje de cáncer, suya terraza es el sitio para la juventud que por ahora esta ciertamente abandonado.

El camino sigue y se llega a las canchas para jugar fulbito, probablemente el más llamativo del parque, en conclusión se ha vuelto un parque con atracciones que han caído en cierto abandono.

Un verde salvaje

Llega el momento de cruzar, el otro lado del parque podría decirse que es más tradicional. En este lado no se ha construido nada sino que siguen las mismas bancas que había antes, según cuentan los vecinos más antiguos.

También hay una serie de monumentos a distintos personajes, los caminos dejan de ser de cemento y ahora son de tierra, en este parque hay gente jugando fulbito, pero una de las cosas más curiosas es una estatua de un caballo negro el cual no lleva inscripción salvo la que le han dejado los jóvenes de la zona.

Al otro extremo hay un busto de José Enrique Rodo que no lleva placa conmemorativa ni nada (en realidad solo se sabe porque conserva el nombre pero esta casi borrado), casi a su lado esta una imagen de un Cristo tallado en un tronco seco pintado de naranja hecho por un anónimo y que casi podría pasar desapercibido.

Después de todo esto uno piensa si es que realmente debería o no ser nombrado como tal, las iniciativas siempre son buenas pero deben estar sustentadas con hechos y en el caso en particular no lo es.

Así es el parque Ramón Castilla, no es una crítica ni una denuncia sino más bien solo un simple llamado a la acción sobre el tema, es cierto que Lima necesita de más áreas verdes, también que los vecinos tienen  derecho a que se les ofrezcan servicios para mejorar su calidad de vida pero lo que se hace en este parque es ir a medias.

1 comentario:

  1. Para los linceños nos duele ver nuestro querido parque - como otras áreas verdes - en tan pésimas condiciones, como dijo un vecino: Tragados por el cemento de alcaldes desoyendo la voluntad del vecino que voto por ellos. Ahora todo cuesta, los juegos ya no son como antes gratis. La laguna no tiene desfogue y el agua esta sucia, los vecinos que Sí recogemos las excretas de nuestras mascotas también le pedimos a el escuadrón canino que recoja y mientras malos vecinos y autoridades inactivas no arman campañas eficientes de cultura en este sentido, tenemos vecinos que creen que matando perros solucionan en algo el problema cuando el sucio no es el perro sino el dueño. Aparte, de esas casetas construyéndose en las áreas verdes como la esquina del Pre-Pago frente a la Clinica Santa Monita. Es un sacrilegio a la ecología que dicen defender.

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