lunes, 7 de diciembre de 2009

Un chorrillano que quiere crecer

Por: Gonzalo Silva Infante


No era el primer tono con motivos artísticos que se realizaba en esa casona chorrillana donde se grabó la noventera serie ‘Los Choches’. Esas fiestas con ‘intervenciones’, con seudo poetas que deambulan en el anonimato, entre cervezas y tronchos, típico de los chicos PUCP. Pero podría o pudo ser la última.

Esa casa tiene problemas con la Municipalidad. Parece algo así como que la dueña no es la dueña, pero es la que la alquiló a los organizadores por 800 soles, nadie sabe. A pesar de todo y con otras trabas, como tener que "bajar" un dinero si Serenazgo hacía su aparición para pedir autorización (sugerencia del propio alcalde chorrillano), se llevó a cabo el "Primer Chorrillano Maldito".

"No queremos ganar plata (…) Ya, a lo mucho quedará unos 100 ó 200 soles para cada uno, pero la idea es generar un precedente para el Segundo Chorrillano Maldito, que sería en la bajada de Agua Dulce, donde fue el carnaval de Barranco de este año. Pensamos meter a 7 mil personas en ese tono", cuenta Javier Salvador, estudiante de Comunicación para el Desarrollo y uno de los organizadores del evento.

Parte de la idea era juntar víveres y formar, con ellos, una escultura, una ‘intervención’ más, influencia del arte pop, de papá Warhol. Al final del tono esas donaciones serían entregadas a los comedores populares del tradicional distrito, pero no se registraron donaciones. Tampoco se cumplió con el canje de la entrada por una botella de cerveza, que era hasta la una –así decía en el flyer promocional-, sino que se redujo hasta solo las 12. Que haya llegado 12:05 hizo que comprobara esta situación. "Mejor, porque la chela que nos dieron estaba caliente y nos dijeron que la helada era para los que habían pagado in situ", me dijo una de las asistentes.

Aunque no se cumplió con parte de lo prometido, el Primer Chorrillano Maldito se desarrolló sin mayores problemas. Típico que solo la zona con artistas, con presentaciones en vivo y a espacio abierto estuviera más llena que la zona electrónica, que por momentos lució vacía. Sin embargo, con las llamadas por los parlantes, poco a poco, la ausencia del espacio fue llenada por los asistentes, que empezaron a disfrutar de un buen DJ.

Esos mismos artistas, que no permanecían más de media hora en escena, no realizaban labores de filantropía. Cobraban y está bien que lo hayan hecho porque su música estuvo buena. Aunque muchos puedan diferir del estilo, difícilmente podrán decir que no hubo entrega en el reducido y arrinconado escenario.

Los pintores artísticos de paredes estuvieron desde la mañana realizando su trabajo. A las 11 de la mañana fue la cita y a partir de ese momento llegaron con sus ropas manchadas, pero limpias; muchos con barbas, puchos o tronchitos y a realizar la chamba. El trabajo se proyectó hasta el mismo momento de la fiesta, en la que se le daba toques finales a las autorizadas paredes para ser intervenidas.

Se proyectó, eso sí, hasta las 5 de la mañana. Se llenó y la gente disfrutaba con cada presentación, en conversaciones entre ellos, con bailes sin parejas, solo moverse al ritmo de la música, la que sea, y disfrutar de la fiesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario